lunes, 5 de abril de 2010

Cimientos de la sociedad (I): La educación


La sociedad actual tiene grandes deficiencias, grandes déficits que pueden parecer irreversibles, pero no lo son o no deberían serlo. Todavía estamos a tiempo de corregir serios problemas surgidos a raíz de errores cometidos tanto en la época de F.González (1982-1996) como en la de JL.R.Zapatero (2004-¿?).

¿Qué problemas son los que nos encontramos? ¿Quiénes son esos malhechores que pretenden acabar con las bases de la educación? La verdad es que es muy sencillo percatarse de esas molestias nacionales (No somos pocos los que las sentimos). Desde una calidad educativa bajísima en comparación con el resto de Europa Occidental hasta la falta de motivación del alumno…

A mi parecer, hay una gran diferencia entre la antigua enseñanza y la actual. Y se fundamenta en: la pérdida de autoridad del profesor. Hoy en día el profesor no tiene el apoyo institucional suficiente como para establecer el orden y el respeto en las aulas. Cómo va a poder dar clase un profesor si es incapaz (por asuntos ajenos a él) de establecer un orden en su correspondiente clase. El problema de la motivación del alumno puede venir por esa falta de autoridad y en consecuencia, falta de exigencia.

La motivación es el elemento motriz más importante del estudiante. Es aquel elemento que le permite autodesarrollarse y decirse a sí mismo que puede alcanzar cualquier meta. Y esa motivación le debe llegar de muchas partes. Como son el centro educativo, el entorno de amistades, el ambiente del aula, el ambiente familiar, etc.

Como apoyo al desarrollo educativo es también importante que los “instrumentos de estudio” sean sanos, limpios y morales. Puede parecer que sea algo muy abstracto el denominarlos así, pero son sabias palabras pronunciadas por alguien que sabía muy bien lo que se debía hacer.

Es por lo tanto importante, que vuelva la moralidad y la disciplina a las aulas. Que vuelva el sentido común enaltecido por la más justa de las jerarquías. Aquella que sabe distinguir entre maestro y alumno.

5 comentarios:

  1. ¡Qué grande eres!

    Sigue así y llegarás muy lejos.


    María.

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  2. Ignacio!
    me gusta bastante esta iniciativa tuya. Seguro que te ayudará a ordenar tus ideas y de paso nos ayudas a pensar sobre temas sociales de interés. Felicidades por lanzarte con el blog!!
    D.

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  3. Muchas gracias María y David!

    Me alegra mucho que os guste "Absit". Y os agradezco muchísimo vuestros comentarios. Espero que podamos tratar diferentes temas de interés y que aprendamos unos de otros. ^^

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  4. He leído esta entrada en el blog con atención, porqué el ámbito de la educación me interesa mucho.
    Hay partes del artículo en que estoy totalmente de acuerdo, en otras, sin embargo, permiteme aportar mi humilde opinión.
    El tema de la autoridad del profesor: en qué debe basarse dicha autoridad? En castigos físicos? Espero que no... Todos sabemos que no es que haya falta de autoridad en la enseñanza, sino que hay profesores poco motivados y/o preparados para su trabajo que no transmiten seguridad. Eso es lo que les hace perder la autoridad, a mi parecer, no el sistema educativo en si. Sino como explicar que haya clases en que todos los alumnos atienden y aprenden y clases en las que pasan de todo?
    No sé, yo creo que, disciplina... la justa y necesaria.

    En cuanto a la distinción maestro/alumno que comentas al final... Tu crees que es tan importante? Yo últimamente he reflexionado mucho sobre ello y creo que la comunicación entre ambas partes es fundamental y que no hay total comunicación si no se está a un nivel parecido (no digo igual porque eso sería utópico y poco productivo). Y eso ya no es sólo aplicable a las clases, sino tambien a la distinción entre padres e hijos. Un padre que marque mucho la distancia con su hijo, quizá logrará una gran educación convencional para éste, pero romperá en cierta medida un vínculo emocional esencial para el crecimiento del niño.

    Bueno, podríamos reflexionar largas horas sobre esto.... y a mi me encanta enrollarme jeje
    Esperaré tu opinión razonada ;)

    Un abrazo!

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  5. Ante todo quiero decir que todo lo que vaya a poner es mi forma de ver la educación (sus problemas, soluciones…) y no quiere decir que sea el único camino para llegar a tener un sistema educativo mínimamente aceptable. A continuación voy a ir argumentándote las pequeñas cuestiones que has ido presentando a lo largo de tu intervención en “Absit”.

    Empezaré hablando del tema de la autoridad. A mi parecer no va relacionada con el castigo físico como has mencionado. La autoridad va ligada a mi creencia de que (como sucede en el derecho penal) las políticas preventivas suelen ser las más eficaces. Con esto quiero decir que implantando una autoridad en la clase, ya de antemano, podemos ahorrarnos una serie de “costes” a largo plazo que pueden ser irreversibles para el alumno y el sistema educativo en general.

    Ahora es cuando me dices: Sí, sí muy bien pero…qué es entonces la autoridad para ti. Y ahí te digo: JERARQUÍA

    Esa jerarquía se debe respetar por el bien del orden. Pues el aula se convierte, en ese instante, en una especie de microsociedad en la que hay muchas cosas en juego. Se da una convivencia de egos, intereses, indisciplinas, creencias... y todas ellas se deben poner en segundo plano a favor de un orden que garantice el aprendizaje. El profesor es el “ente” que debe velar por los intereses individuales de las personas, como sucede en cualquier sociedad liberal. Los métodos de control no son evidentemente el castigo físico. Pero tampoco son asignaturas llamadas Ciudadanía (o como sea). El profesor debe tener más apoyo del poder ejecutivo, judicial y legislativo; para llevar a cabo las tareas que le han sido encomendadas. Tareas fundamentales para el desarrollo de las generaciones presentes y por supuesto venideras.

    Ese apoyo que menciono debe consistir en englobar al educador en el rango de “Autoridad Pública” (Idea presentada por la Presidencia de la C. de Madrid). Y la razón es que no entiendo por qué hay una pena por agredir a un policía y otra por agredir a un docente. Creo que el educador (más en la enseñanza pública) está demasiado desprotegido ante la Ley, demasiado desamparado por los poderes públicos en las situaciones de conflictos delante de “niñatos indisciplinados y antisociales”.

    Es por eso que abogo por una reforma de la “Ley del menor” y del Código Penal. Cambios endurecedores (en contra de aquellos penalistas “flower power” que todavía creen en el carácter rehabilitador e integrador del Derecho Penal) que hicieran ver que no se puede ir por la vida con actitudes antisociales y sin tener un duro castigo.

    A modo de ejemplo: Una parte importantísima de la empresa es su organigrama, el orden entre los empleados fundamentado en la distinción entre estos. La eficiencia de ésta depende en gran medida de esa organización. Pues lo mismo sucede en los centros educativos: director, jefe de estudios, departamentos de asignaturas, tutores, profesores…etc etc

    Me extendido un poco porque lo he entrelazado todo un poco. Espero que de todas formas te haya mostrado (más o menos) mi opinión acerca de los problemas que veo y la solución que presentaría.

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